lunes, 26 de enero de 2009

¿Cuál es el malo?

Desde que nacemos tenemos cosas que nos vienen pegadas, que las arrastramos de nuestros padres, de sus gustos, de sus caprichos, de nuestro país, de las culturas. Esto no es ninguna novedad, claro está.
Hasta con el correr del tiempo nos cambian cosas ya aprendidas, porque no eran “tan así”, nos acortan el himno, nos modifican el padre nuestro y si me apuran, hasta me cambian la leña por el carbón y me dicen que p ya paso a ser mucho más que 3,14.
A determinadas edades, ya arrancamos a decidir nosotros si usamos piquillín o si rezamos o no y demás cuestiones que nos hacen como seres individuales. En mi caso particular he decidido formularme algunas preguntas, cosa que recomiendo, porque es una gimnasia bien saludable. Por eso, aquí les dejo dos textos que han marcado la vida de muchos, y porqué no la nuestra también.
Un día Dios dijo a Noé: “He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos. Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda en que haya espíritu de vida debajo del cielo” (Génesis VI: 13-17).

Comunicado N° 19, 24/03/1976
Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales. (Diario “La Prensa”, 24 de marzo de 1976).
Este es el lugar donde me entran las dudas, sin querer ofender de ningún modo las creencias o inclinaciones políticas de ningún lector. Dudo porque no entiendo, porque los que enseñan siempre saben un poquitito más, porque son los que tienen la verdad, porque ellos nos dicen que es lo que tenemos que saber. Pero esto termina cuando nos animamos a preguntarles, a preguntar, a repreguntar o mejor, a preguntarnos.
Es común hoy, que se cree favorable ser creyente y no entiendo porqué. Hay una cuestión que me atormenta desde pequeño. Si mis vecinos son judíos y mi familia no lo es. ¿Porque la medianera decide, al momento de nacer en esta o en aquella casa, cual es la suerte que correrán mis creencias? No entiendo, ¿hay razones? Perdón pero no entiendo y pido disculpas por ser tan torpe.
Entonces después también se habla muy mal de la dictadura, de los golpes, de los 30.000 desaparecidos. ¿Pero el diluvio universal no fue peor? O mejor, para no entrar en el juego de que es mejor o peor, ¿no tienen el mismo fin? Aniquilar al que es diferente. Eso es lo que noto en estos dos fragmentos antes citados y en el accionar posterior de quienes los formulan.
No duden por ningún motivo que defienda la dictadura, ni que la ataque. Aquí no importa cuáles son mis ideales, porque esto dejaría de tener valor, si es que lo tiene. Sepan creer que escribir no lo hago por una cuestión ideológica, es solo una búsqueda de respuestas. Pero me preocupa saber que hay quienes pregonan los derechos humanos y se olvidan del diluvio o viceversa.
Mis interrogantes me llevan a pensar que en la torpeza de enseñar, no se revisa con claridad y empeño lo que se predica. Se explica lo que nos viene puesto y eso lo tomamos como familiar y no se discute, porque ya es válido, porque ya se nos hizo amigo, aunque no lo analizamos nunca y hasta nos animaríamos a divulgarlo posteriormente como una verdad indudable. Como dice Eduardo Sacheri, “Uno no puede andar por la vida reprobando a sus rivales y disculpando a sus amigos por el simple hecho de serlo” por eso, hay que alejarse de los preceptos que nos viene en la mochila y preguntarle cosas. Porque si comparamos y somos fieles a lo que pensamos, hay que dudar si dios no fue un gran genocida. Cuando dice que la tierra está llena de violencia a causa de ellos. ¿Quiénes son ellos? Me da miedo pensar que la persona que nos guía, que está en todas partes cuidándome, puede querer eliminarme si no soy uno de “nosotros” y paso a ser uno de “ellos”.
Entonces pido que alguien me aclare, ¿matar en nombre de dios, como lo hicieron los ingleses a la hora de repartir el mundo está bien? “PORQUE DIOS Y LA REINA ASI LO QUIEREN”, ¿matar en nombre de una ideología política es valedero? ¿Qué dios elimine a todo ser que este debajo del cielo porque a él se le antoja, es correcto? Sigo sin entender después de llegar a este final. Pero me voy con la idea que mañana me voy a preguntar más, para ver si se me aclara un poco esto, de que según quienes el que mata, se perdona o se juzga.

1 comentario:

  1. Primo-Amigo-Hermano: Estoy de acuerdo casi en la totalidad de tu exposicion, pero me veo en la obligacion de comentarte mi desacuerdo. Matar es funesto desde cualquier punto de partida pero creo que tu error esta en creer lo que otros creen o por lo menos dudar de esa creencia. Yo prefiero no solo no creerla sino que ademas, ignorarla. Creer en un dios todopoderoso me llevaria a pensar que ningun logro personal se debe al propio sacrificio sino a la desicion de un tercero ausente y no visible. El diluvio universal jamas a existido motivo por el cual no se consumo tal genocidio. Lo que si puedo decir es que la biblia es, fue y será el mejor libro que se ha escrito puesto que en el mundo entero se ha leido y muchos pregonan sus parrafos. Pero si estoy de acuerdo con preguntarse todo o por lo menos lo que nos incomoda. Mas alla de luego ser tildado de criticon, proteston, etc. La filosofia es "Pensar la vida" y si bien no soy filosofo y disto mucho de serlo, pienso y analizo muchas cosas que me quieren vender. Haciendo hincapie en el blog, pensar es lo que nos va a llevar a que no nos vendan un buzon. Abrazo amigo.

    Saludos......Mr. Sullivan Donato.

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